Y te observo, inmensa y rebosante. Altiva y orgullosa. Te hace mágica tu simple caminar, hay trancos que superan mi capacidad de orientación, a veces no sé si sigo aquí o en algún mágico sueño que cada vez es mas palpable. Y no sé si lo entiendo o si se escapa a mi capacidad para concebir. Jamás pensé que fuera a ser de esta manera. Es algo tan maravilloso que tiendo a creer en su incerteza. Y sin embargo cada vez que abro los ojos tu estas ahí, mirándome con algún tipo de sabiduría que me pide entenderla, haciéndome vacilar, despiertas en mi miedos que nunca antes había comprendido. Tu llegada ha traído tantas cosas nuevas, tantos aspectos desconocidos. Has llenado un hueco que siempre estuvo vacío, lo desbordas y eso me hace superior a cualquiera que no sepa entenderlo. Así como un pintor estará por siempre enamorado de esa hermosa musa que ni siquiera comprende yo siempre te amaré a ti. ¿Como puedo transmitiros lo que ni siquiera yo comprendo? Ansió demostrar todo lo mágico de su ser, todo lo que un solo roce es capaz de provocar. Hay momentos en los que pararía el tiempo, hoy se, mas que nunca que la confianza existe. Ciega y desinteresada. Me has enseñado a valorar los avances ajenos más que los propios. Por hoy sigamos siendo complices en compañía.

Para ti pequeñaja mía. Por todos esos momentos. Por todos los que aún quedan. Por enseñarme a ver el cielo más azul.